Alumnos vivieron una jornada especial con los abuelos de la Residencia Eva Duarte

Emotiva e inolvidable tarde vivieron los adultos mayores de la Residencia Eva Duarte gracias a una admirable iniciativa de un grupo de 15 estudiantes del instituto Nuestra Señora del Carmen, ubicado en el departamento Angaco.

Se trata de alumnos de la carrera de Enfermería que quisieron agasajar a los abuelos con una jornada a puro juego, diversión y compañía, como parte de una actividad esencial y reconfortante en los últimos tramos de la carrera.

”En este último tramo antes de recibirnos, quisimos revivir un momento significativo de nuestra formación: nuestras primeras prácticas profesionales, que tuvieron lugar en el Hogar Eva Duarte de Perón. Con este propósito en mente, decidimos organizar una actividad voluntaria en la que buscamos donaciones para realizar una jornada especial junto a los abuelos del hogar”, comentaron los alumnos.

“Este proyecto surgió puramente desde el corazón, fuera del marco de cualquier asignatura o evaluación académica, impulsado por la emoción de recordar aquellos momentos que tanto nos marcaron. Nos sentimos profundamente agradecidos y bendecidos por la generosidad de muchas personas, tanto dentro como fuera de nuestra institución. Recibimos donaciones no solo de compañeros y profesores, sino también de vecinos, familiares, y hasta de autoridades municipales, como concejales e intendentes, que se sumaron para apoyarnos”.

“Gracias a estas donaciones, pudimos llevar adelante una jornada llena de actividades y premios. Cada abuelo recibió más de un obsequio, lo cual nos llenó de alegría al ver sus rostros iluminados por la sorpresa y el entusiasmo. Las palabras de gratitud que recibimos al despedirnos fueron muy emocionantes; muchos de los abuelos nos pidieron que volviéramos, y nosotros, encantados con la experiencia, nos encantaría volver a realizarlo”.

La jornada comenzó con una breve presentación, en la que explicaron los objetivos de la actividad: compartir una tarde alegre y llena de cariño con ellos, recordando sus primeras experiencias como futuros profesionales de la salud. A continuación, los voluntarios se distribuyeron por los sectores del hogar para conversar con los abuelos y repartirles facturas y alimentos, incluyendo opciones aptas para aquellos con necesidades dietéticas especiales, como los abuelos celíacos.

“La música fue una de las protagonistas del día. Nuestro compañero Renzo inició una actividad musical cantando una canción que, rápidamente, motivó a varios abuelos a unirse al canto, creando un ambiente cálido y festivo. Posteriormente, guiamos a aquellos abuelos que podían moverse en un baile alegre, lleno de premios para quienes se animaron a participar. Para quienes estaban en sillas de ruedas, realizamos ejercicios suaves de brazos, asegurándonos de que todos pudieran sentirse incluidos en la diversión”.

“Uno de los momentos más esperados fue el sorteo. A cada abuelo se le entregó un número, y gracias a las donaciones, pudimos entregar más de un premio por persona. Fue un momento de gran emoción, donde cada pequeño obsequio significó un gesto de aprecio y cariño hacia ellos”.

Finalmente, la jornada cerró con una canción melódica lenta, ideal para despedirse con tranquilidad y agradecimiento. “Al finalizar, dedicamos unas palabras de despedida y gratitud, tanto a los abuelos como a todos aquellos que hicieron posible esta hermosa experiencia”.

“Las horas pasaron volando. Bailamos, cantamos, e incluso los abuelos compartieron algunos "aro aro" típicos, llenando el hogar de risas y buenos momentos. Nos vamos con el corazón lleno de alegría y la certeza de que volveremos a repetir esta experiencia que, sin duda, nos ha dejado tanto a ellos como a nosotros, algo invaluable. En nombre de todos los que participamos, agradecemos de corazón a quienes nos apoyaron y esperamos poder seguir compartiendo más momentos como este en el futuro”, cerraron.